Autor:
Romina Szleifer – HR Specialist – VISMA Latinoamérica
Mucho se ha hablado sobre la
“experiencia del cliente” (en inglés: customer experience): detectar qué
quiere el cliente, cuáles son sus necesidades, cuáles son sus gustos, cómo
vive, cuáles son sus aspiraciones, cómo percibe mi producto o servicio, si
vuelve/volvería a comprarlo, si le resulta satisfactorio… Ahora es el turno del activo más importante
para una compañía: sus colaboradores.
La gente que forma parte de una
empresa es el “cliente” más importante que se debe cuidar. Y para esto, el área de RH es fundamental; es
la encargada de escuchar y entender a la persona (con sus objetivos y
aspiraciones) y ensamblarla a los objetivos y dinámica de la organización. RH tiene a su cargo el armado de la
estrategia para generar una buena “experiencia del empleado” o -en inglés- “employee
experience”.
A partir de una nueva concepción de
la vida -y, también, de la vida laboral- empujada por las nuevas generaciones,
el empleado ya no solo busca trabajar para ganar dinero y desarrollarse
profesionalmente, sino también para realizarse como persona y trascender. Para las empresas se ha vuelto tan importante
la percepción del empleado sobre su trabajo -y su lugar de trabajo- que hasta
existen áreas dedicadas especialmente a producir buenas experiencias laborales
para su gente.
Al momento de buscar trabajo, el
postulante investiga sobre la empresa, quiere saber cómo es, qué hace, qué se
dice de ella, la opinión de quienes están adentro y de quienes ya se
fueron. Se comienza, entonces, por la
creación de una marca empleadora con buena reputación, y que mantenerla
en el tiempo. El empleado tiene que
sentirse identificado con la cultura de la organización, su estructura, la
percepción que la compañía provoca en el mercado y, desde luego, el rol que
cumple en ella: sentirse una “pieza indispensable” de la estructura, más allá
del rango o la función que desempeñe.
Para construir y mejorar la employee
experience de una compañía, HR utiliza herramientas de marketing
para medir el grado de satisfacción de sus empleados, tal como se hace con los
clientes. Si los resultados son buenos,
la gente mostrará un fuerte compromiso hacia la empresa y será “vocero” de
mensajes positivos de esa organización hacia la comunidad.
Habrá una buena employee experience cuando un colaborador:
·
Disfrute haciendo la tarea que se le asignó.
·
Se sienta cerca de las personas con las que está trabajando (pueda
formar un verdadero “equipo”).
·
Esté contento con la retribución por su tarea.
·
Pueda mejorar sus actuales habilidades, pueda progresar
profesionalmente.
·
Se sienta respetado y reconocido en su trabajo.
Hay tres elementos que aseguran una
buena employee experience:
1.
Entorno laboral atractivo. La persona tiene que llegar a
un lugar donde se sienta a gusto, donde le guste pasar el día trabajando. Y esto no solo forma parte de la decoración
del espacio sino también del clima que se viva, del tipo de interrelación con
compañeros, jefes y subalternos.
2.
Herramientas de alta tecnología. En plena era digital, la gente
está acostumbrada a contar con alta tecnología en la vida cotidiana y esto se
traslada a lo laboral. Todo lo que
facilite su tarea es un asset que contribuye a una buena percepción de
su trabajo.
3.
Compromiso recíproco de responsabilidad y cuidado entre empleado y empleador.
La buena experiencia comienza en la etapa de selección
y reclutamiento de un nuevo empleado, continúa en su etapa de incorporación
y dura incluso hasta después de su desvinculación. Las empresas deben trabajar para que la
persona que se fue de la organización sea un vocero que contribuya con mensajes
positivos en el mercado.
Para concebir una buena “employee experience”, hay que escuchar a la
gente, conocerla entender sus objetivos, sus motivaciones, sus desafíos y sus
necesidades. Ese conocimiento inspirará
a los líderes para conseguir un mayor acercamiento genuino y responder a las
expectativas de su gente. Así, se
logrará un buen clima laboral.
A mejor employee experience, mayor conservación de talentos y mejores ingresos. Un colaborador feliz con el lugar donde trabaja está preparado para triunfar antes y durante su paso por la empresa. Y, al retirarse, será el principal vocero de una buena experiencia que seguirá valorando durante toda su vida.
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