El personaje bíblico en cuyo nombre mucha gente se ampara para
desarrollar eventos costumbristas alrededor del 24 de junio, a veces atentatorios contra la moral, fue un personaje que jamás aceptaría que se le venere ni que en su nombre se libe licor, se haga bailes ni se use a la gente en actividades que no están acorde con los principios de vida que él enseñó.
Juan el Bautista fue hijo
de Zacarías e Isabel, pariente de la Virgen María. Juan nació unos seis meses
antes que nazca nuestro Señor Jesucristo (cuya fecha se desconoce y que se ha
ubicado el 25 de diciembre sin fundamento històrico).
Desde antes de su nacimiento, Juan fue predestinado para una
misión especial diseñada por Dios. Ya de grande fue el precursor de Jesucristo.
En esta misión se entrega a la austeridad y celo por las almas. Bautizó a Jesús
en el Jordán.
La Biblia dice que antes de la venida de Jesús, Juan proclamaba un
bautismo de arrepentimiento [Hechos 13:24]. Juan fue enviado a cumplir la
profecía de Malaquías.
La humildad de Juan hizo posible que Dios hiciera grandes cosas
por medio de él. Dijo una vez acerca de Jesús: "Conviene que El crezca, y
que yo disminuya"
Juan fue "lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su
madre".
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