Por:
Leonor Pérez
Los organismos vivos modificados
(transgénicos) reconfiguran todo lo que hasta ahora tenía de ancestral
nuestra sociedad. Algunos afirman que la soberanía alimentaria está en peligro;
otros, que lo que comemos ni nos alimenta ni es saludable ni nos proporciona
placer, pues los insumos utilizados para su elaboración son producto de la
manipulación genética y contienen sustancias nocivas. Otros hablan de la vuelta
al feudalismo con transnacionales de la alimentación viviendo de las patentes.
Hace 10 mil años el hombre se hizo sedentario cuando descubrió la agricultura y
la ganadería, y desde hace medio siglo sus descendientes más evolucionados
podríamos estar poniendo en peligro el histórico legado.
Hace pocos días, una investigación reveló
que 200 ratas de laboratorio alimentadas exclusivamente con maíz transgénico,
tratado con herbicida Roundup, desarrollaron severas anomalías. Las hembras
mostraron diversos tumores mamarios que alcanzaron hasta el 25% del peso del
animal, y los machos vieron seriamente afectados sus órganos depuradores, es
decir, el hígado y los riñones. De las ratas así alimentadas, el 70% de las
hembras y el 50% de los machos murieron de forma prematura.
El maíz es el NK603 de la marca Monsanto,
tratado con el herbicida estrella de la casa, el Roundup, cuyo principio activo
es el glifosato. El estudio podría dar respuesta a los casos de tumores
mamarios en mujeres de las zonas de Sudamérica donde se cultivan transgénicos.
Las ratas motivo del estudio fueron alimentadas exclusivamente con este maíz o
con agua que contenía débiles dosis del herbicida... (revista Idéele)
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