Las organizaciones y movimientos
sociales e indígenas, reunidos en la Cumbre Paralela al Río +20 en Río
de Janeiro, Brasil; determinaron –en declaración conjunta- definir y
poner en práctica sus propias prioridades para el desarrollo económico,
social y cultural y la protección del medio ambiente sobre la base de
nuestras culturas tradicionales, conocimientos, prácticas y la
aplicación de nuestro derecho inherente a la libre determinación.
Asimismo,
decidieron revitalizar, fortalecer y restaurar los métodos para la
transmisión de nuestros conocimientos y prácticas tradicionales; y
restablecer el intercambio de conocimientos y productos, incluidos los
intercambios de semillas entre nuestras comunidades y pueblos en
refuerzo de la integridad genética de nuestra biodiversidad.
Los
pueblos presentes instaron a los Estados que apliquen plenamente sus
compromisos en virtud de las leyes nacionales e internacionales y las
normas que defienden los derechos inherentes, inalienables, colectivos
e intergeneracionales de los pueblos indígenas y los derechos afirmados
en tratados, acuerdos y arreglos constructivos, la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el
Convenio 169 de la OIT.
E insistir en la participación plena y efectiva en todos los debates y actividades de establecimiento de estándares en materia de desarrollo sostenible, biodiversidad, medio ambiente y cambio climático y para la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en todos estos procesos. (AIDESEP)
E insistir en la participación plena y efectiva en todos los debates y actividades de establecimiento de estándares en materia de desarrollo sostenible, biodiversidad, medio ambiente y cambio climático y para la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en todos estos procesos. (AIDESEP)
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