Hay comunicadores objetivos y hay comunicadores subjetivos. Hay comunicadores constructivos y hay destructivos. A todos hay que respetarlos aunque no necesariamente aceptarlos.
Si un comunicador presenta un "documento" que supuestamente atenta contra la institucionalidad de una Municipalidad, luego él da por hecho lo que allí se plasma descargando toda su ira contra una gestión municipal que apenas cumplió los dos meses; y señala al final que ese "documento" no lleva firma de nadie, entonces ¿quién quedó mal?, ¿el comunicador?, ¿la noticia?
Acaso la objetividad debe perderse porque se le tiene cólera al alcalde o porque el candidato del periodista fue derrotado en las elecciones por un candidato diferente.
Si hay un interés mediático para querer el desarrollo de una provincia o distrito, dicho interés debe manifestarse en forma objetiva, con documentos valederos, con denuncias periodísticas con base legal y fundamento de hechos. No debe basar su opinión en suposiciones, imaginaciones, o ideas de contradicción.
Un alcalde manifiesta un lapso de cien días para evaluar su labor y la oposición periodística insiste en que ya se cumplió el plazo de 60 días (para ellos 100 es igual a 60).
Más triste es la cosa cuando un comunicador que ha trajinado en una municipalidad y conoce de cerca la serie de problemas que se entretejen allí en el día a día, ahora actúa como aquellos que nunca han estado en una municipalidad.
En conclusión, el tal no actúa con la razón sino por un sentimiento de venganza y eso es una lástima.
Si un comunicador presenta un "documento" que supuestamente atenta contra la institucionalidad de una Municipalidad, luego él da por hecho lo que allí se plasma descargando toda su ira contra una gestión municipal que apenas cumplió los dos meses; y señala al final que ese "documento" no lleva firma de nadie, entonces ¿quién quedó mal?, ¿el comunicador?, ¿la noticia?
Acaso la objetividad debe perderse porque se le tiene cólera al alcalde o porque el candidato del periodista fue derrotado en las elecciones por un candidato diferente.
Si hay un interés mediático para querer el desarrollo de una provincia o distrito, dicho interés debe manifestarse en forma objetiva, con documentos valederos, con denuncias periodísticas con base legal y fundamento de hechos. No debe basar su opinión en suposiciones, imaginaciones, o ideas de contradicción.
Un alcalde manifiesta un lapso de cien días para evaluar su labor y la oposición periodística insiste en que ya se cumplió el plazo de 60 días (para ellos 100 es igual a 60).
Más triste es la cosa cuando un comunicador que ha trajinado en una municipalidad y conoce de cerca la serie de problemas que se entretejen allí en el día a día, ahora actúa como aquellos que nunca han estado en una municipalidad.
En conclusión, el tal no actúa con la razón sino por un sentimiento de venganza y eso es una lástima.
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