En una circunstancia electoral en la que el Partido Aprista Peruano no tiene candidato a la Presidencia de la República, y el segundo gobierno de Alan García concluye, igual que el primero, envuelto en escándalos de corrupción, los militantes del Aprismo nos vemos obligados a reflexionar respecto al destino de nuestros votos.
Pienso que, paradójicamente, para salvar al Partido, los militantes del Aprismo tenemos la obligación moral, ante el país, de votar en contra de los candidatos que pretenden representarnos. La verdad es que ninguno nos representa.
Sus ambiciones, sus escándalos, sus silencios, sus complicidades y sus promesas, no representan al Aprismo. ¿Para qué los elegiríamos? ¿Para que defiendan en el próximo Congreso a un gobierno que ha traicionado reiteradamente el ideal por el cual entregaron sus vidas los mártires del Aprismo? ¿Para que negocien la impunidad de los actuales funcionarios corruptos? ¿Para que fiscalicen al próximo gobierno, cuando no supieron o no quisieron fiscalizar al de Alan García?
No, no hay razón para elegirlos. Hay, en cambio, muy buenas razones para votar contra ellos. (Luis Mario Díaz Peláez)
Pienso que, paradójicamente, para salvar al Partido, los militantes del Aprismo tenemos la obligación moral, ante el país, de votar en contra de los candidatos que pretenden representarnos. La verdad es que ninguno nos representa.
Sus ambiciones, sus escándalos, sus silencios, sus complicidades y sus promesas, no representan al Aprismo. ¿Para qué los elegiríamos? ¿Para que defiendan en el próximo Congreso a un gobierno que ha traicionado reiteradamente el ideal por el cual entregaron sus vidas los mártires del Aprismo? ¿Para que negocien la impunidad de los actuales funcionarios corruptos? ¿Para que fiscalicen al próximo gobierno, cuando no supieron o no quisieron fiscalizar al de Alan García?
No, no hay razón para elegirlos. Hay, en cambio, muy buenas razones para votar contra ellos.
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