Mientras Fidel Castro y Daniel Ortega expresaban mensajes solidarios hacia el líder libio Moamar Gadafi, gobiernos de varios países latinoamericanos condenaron la represión estatal contra civiles que exigen reformas en la nación del norte de Africa.
Ortega, el presidente nicaragüense, expresó que "hemos estado hablando por teléfono (con Gadafi)", según declaraciones difundidas por la emisora Nueva Radio Ya.
Indicó que las autoridades libias "están buscando cómo dialogar, pero defender la unidad de la nación, que no se vaya a desintegrar el país, que no vaya a darse una anarquía en el país".
"Y yo le expresaba a Moamar Gadafi, líder de la revolución libia, lo que es elemental: en momentos difíciles se pone a prueba la lealtad", agregó el mandatario nicaragüense.
"Le transmití la solidaridad del pueblo nicaragüense, a todo el pueblo libio, a él la solidaridad de los sandinistas nicaragüenses... Dios quiera que ahí esa situación se pueda resolver, se pueda superar", añadió.
En La Habana, Castro publicó en la prensa que existe una campaña mediática en contra de Gadafi.
"Se podrá estar o no de acuerdo con Gadafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira" en lo que se difunde, escribió Castro.
"Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días", agregó el líder cubano.
En disonancia con los líderes nicaragüense y cubano, el gobierno de Chile condenó el "uso injustificado de la fuerza en contra de la población civil" y reclamó que las autoridades de Libia establezcan "mecanismos de diálogo y participación ciudadana".
En un comunicado, la cancillería de Chile pidió el cese "inmediato de la represión" y exhortó a los chilenos a evitar viajar a Libia.
En la misma línea, el presidente de Perú, Alan García, decidió romper relaciones diplomáticas con Libia y expresó una "enérgica protesta por la represión desatada por la dictadura libia... contra el pueblo que exige reformas democráticas".
En Buenos Aires, la cancillería expresó en un comunicado que "el gobierno argentino expresa su profunda preocupación por la grave situación en Libia, lamenta la pérdida de vidas y los actos de violencia acaecidos en los enfrentamientos".
Hizo votos "para una pronta solución pacífica, dentro de un diálogo democrático constructivo y de absoluto respeto por los derechos humanos y la voluntad del pueblo libio".
En otro comunicado, la cancillería dijo que decidió enviar a más funcionarios a su embajada en Trípoli, para asistir a alrededor de 70 argentinos residentes en Libia y recomendó evitar viajes no indispensables a ese país "hasta tanto la situación retorne a la normalidad".
En Brasilia, luego de una reunión en esa capital, la ministra francesa de Relaciones Exteriores, Michele Aillot-Marie, y su colega brasileño Antonio Patriota, expresaron su preocupación por la violencia en Libia y acordaron cooperar para retirar a sus ciudadanos que deseen salir de ese país.
Ortega, el presidente nicaragüense, expresó que "hemos estado hablando por teléfono (con Gadafi)", según declaraciones difundidas por la emisora Nueva Radio Ya.
Indicó que las autoridades libias "están buscando cómo dialogar, pero defender la unidad de la nación, que no se vaya a desintegrar el país, que no vaya a darse una anarquía en el país".
"Y yo le expresaba a Moamar Gadafi, líder de la revolución libia, lo que es elemental: en momentos difíciles se pone a prueba la lealtad", agregó el mandatario nicaragüense.
"Le transmití la solidaridad del pueblo nicaragüense, a todo el pueblo libio, a él la solidaridad de los sandinistas nicaragüenses... Dios quiera que ahí esa situación se pueda resolver, se pueda superar", añadió.
En La Habana, Castro publicó en la prensa que existe una campaña mediática en contra de Gadafi.
"Se podrá estar o no de acuerdo con Gadafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira" en lo que se difunde, escribió Castro.
"Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días", agregó el líder cubano.
En disonancia con los líderes nicaragüense y cubano, el gobierno de Chile condenó el "uso injustificado de la fuerza en contra de la población civil" y reclamó que las autoridades de Libia establezcan "mecanismos de diálogo y participación ciudadana".
En un comunicado, la cancillería de Chile pidió el cese "inmediato de la represión" y exhortó a los chilenos a evitar viajar a Libia.
En la misma línea, el presidente de Perú, Alan García, decidió romper relaciones diplomáticas con Libia y expresó una "enérgica protesta por la represión desatada por la dictadura libia... contra el pueblo que exige reformas democráticas".
En Buenos Aires, la cancillería expresó en un comunicado que "el gobierno argentino expresa su profunda preocupación por la grave situación en Libia, lamenta la pérdida de vidas y los actos de violencia acaecidos en los enfrentamientos".
Hizo votos "para una pronta solución pacífica, dentro de un diálogo democrático constructivo y de absoluto respeto por los derechos humanos y la voluntad del pueblo libio".
En otro comunicado, la cancillería dijo que decidió enviar a más funcionarios a su embajada en Trípoli, para asistir a alrededor de 70 argentinos residentes en Libia y recomendó evitar viajes no indispensables a ese país "hasta tanto la situación retorne a la normalidad".
En Brasilia, luego de una reunión en esa capital, la ministra francesa de Relaciones Exteriores, Michele Aillot-Marie, y su colega brasileño Antonio Patriota, expresaron su preocupación por la violencia en Libia y acordaron cooperar para retirar a sus ciudadanos que deseen salir de ese país.
En La Paz, la cancillería boliviana manifestó su preocupación "por el estado de enfrentamiento interno" en Libia e hizo un llamado al gobierno y al pueblo de esa nación "a realizar todos los esfuerzos necesarios para que a través de medios pacíficos se pueda resolver la crisis política desatada". (Terra.com)
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